Catalina la Grande: Un Amorío Imperial y el Arte de Tener Hombres a Sus Pies
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En los anales de la historia, hay figuras que se destacan no solo por su poder político, sino también por sus habilidades para entrelazar amoríos y política de manera casi mágica. Catalina la Grande, la monarca rusa del siglo XVIII, es uno de esos personajes que nos demuestra cómo el poder puede tener un efecto... digamos, bastante convincente, en las relaciones románticas. El Romance Imperial: Un Comienzo Prometedor Catalina, una mujer de ambición y carácter, ascendió al trono ruso como emperatriz con una perspicacia que dejaba a muchos de sus pretendientes (y rivales) con la boca abierta. Pero no, esto no es otro cuento de hadas donde un príncipe rescata a la princesa. ¡No, no, no! Aquí, Catalina era la dueña de su propio destino y no necesitaba un príncipe azul. En su lugar, eligió a su propio "príncipe" entre varios pretendientes. El Juego del Amor y el Poder Catalina entendía que el poder y el amor podían ser una combinación peligrosamente efectiva. A medida que acumulab...