Amor y Sangre



Sangre en la pistola,  gritos en el ambiente, ella tumbada boca abajo, cristales explotaban, música, destellos y murmullos, la habitación estaba en pánico.  Habían destruido mi corazón, en un accidentado amorío. La mujer que amaba caía de rodillas con la colt 45. Una bala marcó mi destino. Fue el comienzo del fin de mis tiempos.
La vida da muchas vueltas, de tal manera que está historia empezó al revés, fueron ellas quienes comenzaron el juego, nunca fui yo el que tuviera la intención de hacerlo, pero nada estaba escrito y las cosas fueron como el destino las tenía enmarcadas.
Los días de playa eran exquisitos, a lo lejos tipos musculoso con tablas de surf corrían en grupos hacia las olas. Miraba el mar con su sol llegando al final, el cual se hundía, entre naranjos y morados, que adornaban el atardecer. La magia de la naturaleza cantaba en mi oído. Una caminata en una arena gris, bordeando un bosque de pinos, hacía del día lo más bello.
En ello estaba mi energía, asumiendo con total libertad su necesidad de consumir los últimos rayos de sol.  Cuando en la primera loma de arena, sale un grito por música desde mi alma, en el celular de dos apretones sale mi canción favorita, me pongo los audífonos, mientras a lo lejos veo un agila volando en busca de algo. Hipnotizado por el majestuoso animal, con la música que consumía mis neuronas, al ritmo de The Doors, con ’People are Strange’’ Mi caminata ya era especial, entre que bailaba y cantaba feliz de la vida.
Pero me encuentro repentinamente con mi destino, no lo podía creer, era un chico colgando de una rama en los pinos, tenía su casco y traje, pero se notaba que era un niño.
Nadie se había dado cuenta, pero en dos segundos estaba junto al muchacho, quien para esos momentos ya estaba inconsciente.
-          ¡Oye! ¿Estás bien?
Poco a poco empieza a reaccionar. Subo entre dos ramas y saqué  al muchacho como pude, lo puse en el suelo, lo revisé por completo, se veía que estaba bien.
-          Se me fue la moto y volé, me pegue en el árbol y caí en esta rama. Ahí me despertaste.
-          Vamos te ayudo.
-          Sí, estoy aquí en el camping con mi mamá, mi tía y una de sus amigas.
-          Vamos, cárgate en mi hombro. yo vengo por la moto después.
Caminamos unos pasos hacia el camping, con el muchacho de unos doce años apoyado en mí, cuando de lejos veo que tres lindas mujeres de no más de treinta años se acercan a nosotros con cara de preocupación.
-          ¿Qué pasó? Grita al parecer la madre.
Me mira con cara de horror, como si su hijo estuviera por morir, pero este chico fue genial, con una sonrisa la mira, se apoya en ella y se sienta.
-          El me salvó, eso pasó, quedé colgando, si no es por él no me ve nadie.
Cuando bajaba el cerro, la rueda de adelante se enganchó entre un hoyo y una rama, por eso salí volando como catapulta, reboté en el árbol y quedé colgando de la rama.
En esos minutos yo no hablaba, en la conversación todo era la preocupación por el chico, pero su madre, como sus dos amigas, recién se habían dado un chapuzón en el mar, por lo cual me llegó de golpe ver a estas tres bellas mujeres en trajes de baño todavía muy mojadas, todas encima de nosotros gracias a este percance. No sabía que decir, pero la verdad que no fue necesario, ya que el muchacho, era genial y explicó todo con lujo de detalle.
Las cosas se fueron suavizando, pero una de ellas ya se estaba concentrada en mí, así como yo en ella. Su boca gruesa, sus ojos azules que brillaban ante mí, su cabello rubio y piel tostada por el sol, todo en armonía. Estaba de verdad drogado por el momento. Pero su morena amiga estaba con un físico que te la pelas, fue ella quién se dio cuenta de lo que pasaba entre nosotros dos. Yo no lo sabía, pero la guerra estaba empezando.
No sabía que más podía hacer y comencé la retirada. Cuando el chico grita.
-          Oye, vente en la noche y me ayudas con el asado. ¿Te parece?
Su madre mira con una sonrisa y se apoya en el muchacho en señal de aprobación, mientras la dos bellas amigas me miraban como si fuera un caramelo que estaba listo para ser devorado.
Me fui caminando, pensando en lo que había pasado, ya mi mente comenzaba a jugar conmigo, nada de lo que pasaba sería normal de ahora en adelante, el camino que debía tomar sería una locura que cambiaría mi vida.
Llegué a mi casa en la playa, después de una larga caminata pensando en lo que había pasado, entré a darme un rico baño, después de un día de sol, bronceador y chicas bellas.
Estaba listo para salir, no quería llegar sin nada, pero a la vez la maldad me salió de las venas y tuve la genial idea de preparar  tres botellas de pisco sour. Nada mal para un experto en bares, que desde muy pequeño supo trabajar en el rubro, para llegar a tener su pequeño imperio de buenos bares, siempre con estilo pirata que era lo mío, con un llamado a ese ser travieso que tenemos todos en general y éxito total para un joven emprendedor  de no más de treinta años.
Estaba listo, no sabía lo que me esperaba, todo lo que vendría desde ahora sería realmente sacado de un libreto de Hollywood, nada de lo que te voy a contar ahora puede ser escondido, ya que hay almas comprometidas en ello.
Llegué justo a la hora, algo que lo traigo de sangre, son las gotas alemanas que hay en ella. Inmediatamente aparece el muchacho, su nombre era León, un muchacho genial, que me recibió con los brazos abiertos. Su tía se llamaba Rubí, eran los labios gruesos que ya me habían hipnotizado antes, le da un abrazo a su sobrino, que vaya, no sé si ya me estaba pasando películas o de verdad ella quería algo conmigo. El momento fue alucinante, me mira mordiendo su labio inferior, que la sola escena me dejó desconcertado y perdí el habla por varios minutos, cuando repentinamente aparece la amiga morena que cualquiera quisiera, era una verdadera chica James Bond, pelo negro azabache y bien tomado hacia atrás. Con una cara especialmente sensual, de bellos ojos verdes, con el estilo de una vampiresa de lujo, esas que sabes lo preparado que se debe estar para poder rendir como se debe ante semejante monumento de mujer. Y por último, la dulce madre sale agradecida por el pisco sour, que ya todos me ayudaban a llevar.
Bueno, resultaba que el muchacho tocaba guitarra y cantaba muy bien, en cosa de minutos había otros niños alrededor de la fogata grande que habíamos hecho. Las tres se estaban tomando ya su segunda botella de pisco sour y yo mi buen Pisco de alta selección con Coca-Cola.
Entre copas estaba con la bella Rubí, cuando repentinamente su amiga la bella morena pasa junto a mí y me toma de la mano, a lo cual la bella Rubí hace lo mismo, ambas se miran con una cara de que había una competencia. Cuando le saco un pisco sour a cada una, la batalla de miradas había comenzado.
Yo sin saberlo estaba sentenciado a ser el premio de la noche, minutos antes entre las tres se había fraguado la competencia, era una conducta algo sicótica pero entretenida para ellas, la idea era competir cual me seducía primero, algo que yo no supe hasta mucho después.
Primero al tomarme de la mano la fogosa morena, note algo extraño, ya que la bella Rubí no dudó un segundo en pararse también, la deliciosa morena comenzó con un movimiento de caderas, que los dioses del Olimpo habrían caído rendidos ante semejante sensualidad, con una bella falda de telas suaves  con un corte hindú, un peto blanco que hacía resaltar su piel de morena bronceada a más no poder. A su lado bailaba Rubí en una minifalda de jeans desgastada, con su bikini muy pequeño, que le hacía encajar sus senos de manera perfecta, al nivel que su figura se destacaba en el brillo de su dorado bronceado.  No podía creer lo que pasaba, las dos estaban bailando para ganar el premio, como si fuera a muerte la competencia.  Las horas se transformaron en segundos, cuando ya estaba más envalentonado con sus cuantos grados de alcohol ya consumido por mi organismo,  ellas ya estaban totalmente entregadas a la lujuria, las invité a mi casa para terminar la jornada nocturna y sacar un par de copas más que tenía ahí. Aquí comenzó todo. Para esta oportunidad la bella madre, estaba muy cansada y prefería quedarse con su hijo, en especial después del accidente. Pero las otras dos se matricularon inmediatamente.
Llegamos los tres a mi casa, una vez ahí puse buena música, ellas se tiraron en el puf peludo gigante que tenía junto a la chimenea y comenzaron a secretear entre ellas, mientras yo preparaba más pisco sour. En eso aparece la canción ‘’Despacito’’ la cual fue la responsable de todo lo que iba a suceder.
Un pisco Sour más para cada una, mientras que al unísono, salía no sé ¿cómo? al ritmo de la canción toda la letra de mi boca, lo cual era extraño, ya que, era seguramente la segunda vez que la escuchaba en mi vida, pero la calentura del momento me hizo pródigo y supe entonar la canción perfectamente. Figuraba al medio de dos monumentos de mujer, bailaba lo más sensual que podía, en eso me saco la camisa para quedar en torso desnudo, el cual para esa edad todavía estaba bastante marcado, tanto por contextura y debido a mi afición al deporte. Fue ahí cuando la venenosa lujuria entró por la puerta. En segundos estábamos acariciando nuestros cuerpos, húmedos de tanto calor que se provocaba en el ambiente, en el baile comenzó la locura, suavemente una ponía las manos en mi espalda, mientras que la otra se apegaba a mi pecho, no dure mucho en darme cuenta que la luz verde estaba puesta hace rato. Acerque mi boca a la bella Rubí, quien inmediatamente se la comió como si fuera el antídoto de un envenenado, pasaba mi boca por su cuello, cuando siento que las manos de la morena estaban en territorio prohibido para ese momento aún, pero lo erótico del momento estaba desenfrenado, las ropas de los tres desaparecieron como magia, estaba encima de una, mientras mis manos apretaban el delicioso culo de la otra, era como la fuerza sexual más revolucionaria que explotaba en furia.
Tenía tomada del pelo a la deliciosa morena mientras besaba su cuello, con la otra mano guiaba a Rubí que besaba todas las partes de mi cuerpo que encontraba en su camino. La lujuria era deliciosa, estábamos extasiados por el momento, mi cuerpo tomaba con firmeza las caderas de una, las cuales eran guiadas en forma sistemática hacia adentro y hacia afuera, los suaves gritos de placer comenzaban a ser parte de la música que ya estaba en random fusionada con la escena.  Fueron horas, en las cuales tres cuerpos sufrieron toda clase de sensaciones eróticas que un ser normal puede pedir.
Nos amanecimos apretados entre sí, tenía una a cada lado mío, aferrada a mi carne como si fuera su premio mayor,  el cual no lo quiere perder. Me levante mientras ambas dormían, estaban las dos con sus culos levantados, que generaban una escena digna de fotografiar en la mente, lo que sí, figuraban como diosas absolutamente dormidas en satisfacción.  En segundos preparé fruta, cereales, yogurt y café, para los tres.    
Las dos se levantaron sonriendo, notaba algo en la escena, pero al parecer nada detendría esto, tomamos desayuno, pensé que después de eso sería buena idea ir a la playa a surfear un poco. Pero ellas ya tenían otra idea, fue Rubí quien comenzó, tomó mi mano y me llevó a la habitación, se sacó la camiseta que tenía puesta y comenzó a utilizar mi cuerpo de manera extremadamente ardiente, fue tanto que se me había olvidado la morena, quien miraba plácidamente desde el umbral de la puerta con un café en su mano. Tomé a Rubí desde atrás, agarrando con fuerza su bella cabellera, embistiendo a lo bestia una y otra vez, al nivel que desde su alma salieron chillidos de placer, al punto que la morena de ojos verdes, no soportó la escena y comenzó a acariciar su cuerpo suavemente mientras terminaba su café. La escena era surrealista,  se nos unió la bella morena y la función se alargó por horas, mi cuerpo tiritaba de tantas explosiones orgásmicas, ya mi universo para esas alturas era solamente la lujuriosa idea de estar con las dos mejores expresiones de la mujer latina en mi cama, la cual había sido asaltada en pasión desenfrenada infectada de lujuria.
Ya se había hecho tarde, las amigas sentían algo de culpa al haber abandonado a su otra amiga, fue ahí donde comenzó mi culpa, como estaba solo y ellas en carpa, tuve la genial idea de proponer que se vinieran a mi casa, tenían habitación y podíamos poner una carpa afuera para que el muchacho disfrutara del gran patio con piscina, que para un chico de esa edad era genial, ya que el quincho contaba con televisión y un Play Station conectado.
Llegamos al camping en mi camioneta, todos accedieron, no podía ser nada más entretenido para todos, además mi casa ya era conocida, por su excelente nivel de instalaciones y eventos entretenidos que solía hacer durante el verano, como buen hombre soltero, la fiesta era mi especialidad.
Nos instalamos en la casa, había habitación para todas, León se instaló en cosa de segundos, no podía creer lo que le tocaba a él. Lo primero que le propuse fue que jugáramos un partido de fútbol en el play, algo que como buen macho era esencial demostrar ¿Quién era el campeón?
-          Buena, vejete y ¿sabes jugar?
-          ¿Qué? Claro ¿una apuesta? Soy el campeón en esto.
-          Ya, veamos ¿Cuánto dura el vejete?
En eso se acerca la madre, quién me regala una sonrisa que para mí fue un flechazo. En segundos le da un beso a su hijo, lo cual me hacía retorcer el corazón, me mira con una picardía, con la cual me hacía entender que sabía todo lo que había pasado con su prima y su amiga. Su mirada era entre aprobación o querer probar  del mismo caramelo. 
Jugamos con el muchacho por media hora y luego le presente la biblioteca completa de juegos, para que el jugara solo por un rato, lo cual hizo con mucho agrado.
Me levante, para preparar la comida, propuse hacer unas pizzas de camarones en el horno de barro. Para lo cual las tres mi miraban perplejas, ya que no podían creer que más encima fuera un hombre que sabe cocinar.
Rubí se acerca, con una voz ronca pero suavecita me pregunta.
-          ¿Sabes cocinar? Mmmm Yummy.
-          Claro, que sé
Se acerca la morena más sensual que uno se puede imaginar, toma una frutilla del mesón, la muerde con absoluta malicia, provocando en mí una erección inmediata, ya que entendí rápidamente el mensaje. Además Rubí se acerca más y me pide que le enseñe hacer la masa de la pizza. A lo cual la morena mira de manera seductora mi respuesta, haciendo notar su sensualidad. La madre de León se pone un poco nerviosa y trata de interrumpir la seducción proponiendo que todas aprendan juntas.
Terminamos las preparaciones,  servimos la mesa con el mejor vino reserva, las cuatro pizzas que preparamos fueron devoradas, ya que León invitó a un amigo a su rincón mágico.
Después  de comer, ponemos música, destapamos champagne y comenzó la música de reguetón a mover la sensualidad de la habitación.  En eso miro a la madre del chico que movía ligeramente sus caderas mientras terminaba de secar algunos platos que quedaban, mientras las dos amigas al paso de Nicky Jam bailaban a ojos cerrados.
No pude soportar la tentación y saque a la madre del chico a bailar, tenía una belleza angelical la cual me tenía sumamente atraído, pero de una manera más romántica de lo que esperaba. Todo estaba confuso, bailábamos los cuatro en forma desenfrenada un poco de música Trance. Cuando nuevamente la morena comenzó su juego y se puso frente a mí, movía ese culo de lado a lado, lo cual merecía una cachetada en cada cachete, a la par Rubí se apegaba a mi espalda mientras sostenía a la madre más bella que he visto de la mano. Los cuatro juntos teníamos el desorden de una batalla de dioses, saltábamos de un lado al otro de la habitación. Ya se hacía cada vez más tarde y no sé cómo comenzó todo,  pero en segundos la sensualidad nos carcomía.
Fue cuando fui por más champagne a la bodega de abajo, junto a la madre del chico, que bajamos al sótano y sacamos tres botellas más del refrigerador que guardaba una excelente colección.
Pero no pude resistir la tentación, su belleza que en sus no más de treinta años, era el ejemplar de mujer más bello que había visto. Tal como un semental atrapado en una mente lujuriosa, no hice más que acercarme a ella, tomarla de la cabeza y robar el beso más sabroso que nunca había hurtado en mi vida, de su boca apretaba sus labios con los míos para extraer todo el sabor de ella. Mi cuerpo expulsaba arrogancia, la tomaba de los pelos y comencé desde el cuello hasta su boca una y otra vez, en un acto de desesperada sensualidad, arranqué sus ropas, la tomé de los brazos la puse contra la mesa de apoyo que tenía junto a unas bancas, envolvía su cuerpo en gloriosa seducción, tomaba de ella todo lo que quería, sumaba y sumaba placer, sus chillidos movían las puertas de vidrio de la bodega de vinos, su cuerpo caía rendido hacia atrás, mientras cada parte de mí ya estaba al desnudo sobre ella. La gloria estaba sobre nosotros, una y otra vez probé de ella todo su cuerpo, gozamos de placer desenfrenado con mágicos toques de una sensualidad enamoradiza, que me hacía sentir algo penetrante en mi corazón de un macho alfa bandido, que para estas alturas ya estaba enredado en un cuarteto digno de glorificar a Zeus Dios del Olimpo.
Pero la vida nunca es sencilla, mientras esto pasaba, junto a la puerta estaba Rubí, mirando con una cara muy extraña, entre excitada y apenada. Mi cuerpo estaba terminando su viaje dentro de la increíble madre de León, ya las explosión de orgasmo había logrado desarmar nuestros cuerpos sobre la mesa, caía sobre ella, cerraba el ciclo con un beso de verdad, esos que hacen que tú estomago entre en un vació con mariposas volando hacia tu corazón.
Rubí, sale corriendo de la bodega, lo cual noto levemente, nos levantamos y salimos rápidamente detrás de ella, para ponernos al día con el resto que gozaba de la música, ya había pasado un poco más de treinta minutos que habíamos desaparecido. En la terraza, se encontraba el papá del amigo de León con su señora, habían llegado hace unos minutos, lo cual ayudó un poco a ocultar el dulce encuentro con la madre de León. Nos acercamos a ellos, nos miran con singular sonrisa, los invitamos a tomar un trago y gratamente acceden. El padre del muchacho se percata de una situación extraña, mientras le servía un Vodka Tónica, se me había acercado Rubí en forma demasiado sensual, al nivel que puso nervioso a nuestro invitado. Pero lo que le llamaba la atención que cuando miró hacia donde estaba la madre de León, notó una sonrisa enamoradiza, que le intuyó algo, se da vuelta y se fija que la morena también estaba en una actitud seductora hacia mí, fijándose en todos mis movimientos mientras bebe un deliciosos pisco sour.
David, el padre del muchacho sonríe y bebe de su vodka bien helado para calmar un poco su imaginación, la cual no sé si sería capaz de imaginar lo que ya había sucedido en menos de un día.
Bueno, a la fiesta al rato llegó más gente, más niños estaban con León, se había armado la grande, algunos saltaban a la piscina a media noche, que todavía algo de calor se sentía. ¡Fiesta! ¡Fiesta! gritaba ya un poco más ebrio. Pero cuando está en auge todo, me toma de la mano la madre de León y me encierra en un baño, sin decir nada me saca la ropa y comienza una desesperada acción sexual, me posé como un alma sicótica por sexo, la tiro entre la tina y el lavado, saco todas mis herramientas y sin escrúpulo alguno comí de todo su ser, dejando un éxtasis desenfrenado, que los gritos en el exterior fueron notorios, al nivel que alguien gritó alguna payasada, para la cual la sala completa lanzó una carcajada.  Tuve que salir solo, ya que la bella madre quedó en estado extasiado y cayó suavemente, para recuperar  fuerza alguna, mientras yo salía como un semental sediento por más. Cierro la puerta con cuidado, asegurándome que quede bien cerrada para su privacidad y tenga una recuperación exitosa.
Voy camino por más Pisco con Coca-cola y aparece Rubí  en el camino, me toma de la mano y pregunta levemente a mi oído.
-          ¿Dónde estabas? Con una carita que era irresistible para un ser normal.
-          Bueno, en el baño. ¿Vamos a bailar?
La tomo de la mano y la llevo a la mitad de la terraza, donde ya había seis parejas bailando un poco de Reggaetón. Me tiro encima de Rubí y comenzó el show, bailábamos lo más sensual posible, lo cual creo un efecto epidemia y se unió más gente al baile donde ya éramos doce parejas, todas bailando lo más sensual posible. En segundos estaba toda la fiesta bailando, estábamos un poco apretado, todos los cuerpos sudando sensualidad, cuando de repente siento a mi espalda a la bella morena, que con Rubí ya me estaban convirtiendo en el jamón del sándwich. Se une a nosotros Thalía, la madre de León, que para estas alturas ya lograba aprenderme el nombre de las tres. La tomé de la mano y le ayude a reaccionar un poco, estábamos ya todos con las manos arriba bailando al compás de la música, como una manada de desenfrenados que gozaba el momento como la mejor fiesta de Baco el Dios del vino.
Fue entonces, cuando ya los comensales tarde en la noche empezaron a caer y uno por uno se retiraba, cuando encuentro a Thalía casi dormida sobre un puf, la tomo en mis brazos y la llevo a su habitación. La miro con total enamoramiento, que su dormir me hacía sentir que era un ángel caído que lo llevaba a descansar.
Todavía figuraba León jugando, mientras su tía y amiga levantaban algunas cosas. Las miro con total apreciación a su belleza, reposado sobre el marco de una de las puertas, apreciaba cada uno de sus movimientos. Era un deleite tanta belleza de verano. Pero me acordaba que ya tenía contratado servicio de limpieza para el día siguiente. Por lo cual les advertía que no se preocuparan. En eso Rubí se acerca a León para decirle que ya se acueste, que es muy tarde y este le contesta sin perder de vista su objetivo en la pantalla.  Mientras tanto, la bella morena se acerca a mí y me reconoce lo buena que estuvo la fiesta. Poco a poco comenzó a acariciar mi brazo y colgarse de el con la excusa que tenía ganas de regalonear. Vaya dije para mí mismo, esto no tenía manera de acabar, parecía el guion de una película pornográfica.
Se acerca Rubí y ve la escena con la dulce morena, me mira con una sonrisa y se burla de mí  con una broma extraña  o pregunta tal vez.

-          ¿Parece que el Macho Alfa no se cansa?
La morena mira intrigada por el extraño comentario o pregunta, me quedo mirando a las dos y no sé qué responder.
-          ¿Tuviste sexo con mi hermana?
Me incrimina de extraña manera Rubí, para lo cual la morena me mira con una sonrisa he impresión, como si fuera el truco de algún mago de las Vegas.
-          Bueno, si claro tuvimos un encuentro irresistible, si no soy de fierro. Además que tiene algo que me encanta.
-          La sangre será. ‘’Responde Rubí en forma irónica’’
Les doy una sonrisa y ambas se miran. Se ríen y se secretean un poco, cuando me voy camino a mi pieza, la morena me toma de la mano y Rubí se cuelga de mi cuello, para decirme en secreto.
-          Eres muy caliente, te vamos a castigar.
-          ¿Qué?
No termina de decir eso, cuando me encierran en mi habitación, mientras la morena pone algo de música de su celular en el parlante Bosé que tenía instalado en mi velador.  Rubí, se tira en la cama moviéndose como una gata con modorra.
Ya después de todo lo vivido durante el día, en segundos ya estábamos sin ropa los tres nuevamente. Comenzó el juego, tomé los pechos de la deliciosa morena con una mano y con la otra apretaba el culo de Rubí mientras besaba su cuello, como si fuera un verdadero néctar de los dioses. Los cuerpos se unían en una majestuosa avalancha de sensualidad, me aseguraba de explorar hasta la última gota de cada una. Mis besos fueron eternos y entraron como salieron en una y la otra, cientos de veces. No dependía de mi nada, toda la iniciativa era de ellas, yo solo era un macho alfa dominante, que entregaba placer a más no poder. Las dos gatas se derretían en orgasmos múltiples,  sus cuerpos elevados desde los extremos, se retorcían una y otra vez. La bestia arremetía de tal manera que caía una, luego la otra, en minutos ambas desmayadas de placer, se dejaban caer.
Me levanté temprano  en la mañana, tome mi tabla de surf y me fui a tomar unas olas, todos en la casa estaban rendidos, yo salí para limpiar mi organismo un poco de tanta farra. En el agua me encuentro con David, el padre del amigo de León. Este se acerca a mí con una sonrisa de oreja a oreja. Y me dice
-          Que buena fiesta anoche, te quería dar las gracias.
-          De nada, siempre eres bienvenido David.
-          Si pero la fiesta fue una cosa, pero lo que me tocó después fue increíble.
-          Vaya, ¿Qué te pasó?
-          Bueno, en la fiesta me di cuenta de lo que pasaba con las tres. Y le comenté a mi esposa.
-          ¿Qué pasaba con las tres David?
-          Bueno, tú sabes. Esa sensualidad, esa extraña manera de tocarte, que te encerraras en el baño y bueno algunos en la fiesta ya comentaban de como algo estaba pasando, si tan desapercibidos no pasaron. ¿Estás con las tres, verdad? Y se larga a reír. Lo que pasa que cuando llegué a casa, estábamos tan calientes los dos, que nos pegamos uno de esos encuentros sexuales más fogosos que hemos tenido en años. Por eso más que nada gracias. Fue como si la lujuria se hubiese apoderado de nosotros.
Cuando me dice eso, para zafar, veo que viene una ola y remo como si me persiguiera el diablo, tomé la ola y seguí arriba de ella hasta el final, disfrutando de la adrenalina, el viento, el sonido y la fuerza del mar. Mientras pensaba en lo que pasaba en la casa.
Bueno, me quedé un buen rato en el agua y luego decidí volver a casa. En el camino me encontré con varios que habían asistido a la fiesta. Todos daban las gracias, pero al parecer todos habían sufrido el mismo percance que David. Al parecer la sensualidad hizo efecto o talvez esta vez el pisco sour si fue un afrodisiaco. Pero en mi mente lujuriosa, veía a todos contentos, como agradeciendo el buen sexo, que les tocó sufrir la noche anterior.
Llegué a la casa después de una excelente sesión de olas, cuando entro veo que Rubí y la morena estaban ya en la piscina tomando sol y en unos trajes de baño mini, que lograban broncear prácticamente todo su cuerpo.
En la cocina estaba Thalía preparando desayudo y dos mucamas preparaban el aseo de la casa, haciendo el trabajo doméstico más agradable.  Me acerco a Thalía por detrás y le doy un suave beso en el cuello. A lo lejos veo que León estaba ya despierto jugando con el Play, por lo cual lo que pasara en la casa no le podía importar menos. Me sirvo un poco de mate y me voy al baño a darme una ducha, sin dejar de darle más besos en el cuello a la deliciosa madre, quién se retorcía en dos cada vez que me acercaba.
Me di un baño de unos quince minutos, me seco y salgo solo con la toalla puesta. Para ver a Thalía en mi cama acostada sin ropa y la pieza bien cerrada. Fue como si quisiera tomar mi cuerpo recién bañado para saborear hasta el último rincón de él. En segundo ya encima de ella, tomé su cuerpo con fuerza, apreté su espalda con mis manos, mientras me la comía a besos, algo que era más que sensual, fue tierno y con un aire enamoradizo, que dejaba mi mente torpe, pero demasiado caliente, que ni en eso podía pensar. Apretaba sus muslos, sus pechos, su culo y montada encima la hacía vibrar en una energía desbordante de erotismo, los cuerpos sudaban sexualidad, en segundos tuve que tapar su boca que emitía gritos de placer, mi cuerpo estaba extasiado, sentía amor y placer aplastante, que provocaba una locura tal en mí, que no paraba de poseer a la mujer más bella y que más sentimientos me había provocado. La situación se transformó a niveles de olimpiadas, no podía soltar a esta mujer, una y otra vez me la quería comer a besos, para que decir todo lo demás. Era imposible detenerse. Nuevamente, en un desenfrenado romance he dejado a la bella Thalía tirada en la cama, con su energía desgastada en éxtasis, dejando su cuerpo inerte bajo un manto de sonrisa que se le caía de los labios de tanto placer, con su cabellera hecha un desastre después de halar su cuerpo hacia el mío una y otra vez. La dejé dormida y desgastada de placer sobre mi cama, la tape con el plumón de plumas y la dejé descansar, sin dejar de pasar mi mano sobre su cabello y apreciar su belleza mientras dormía.
Bajé a la cocina por un poco de jugo de naranja, para encontrarme con la morena preparando café, me mira como si supiera lo que había pasado.  En su sensualidad clásica, me pasa la mano por mi entre pierna y me dice al oído.
            -Parece que al niño le ha tocado trabajo estos días.
Me sale una sonrisa un poco nerviosa, ya a estas alturas no sabía si podía seguir rindiendo ante tanta exigencia. Además ya me tenía nervioso la relación con la bella Thalía, estaba sintiendo cosas que me gustan me pero me asustan.
En eso aparece Rubí, corriendo a la cocina con sus manos en sus tetas, ya que, estaba sin la parte de arriba. Se apoya en mi espalda de manera de taparse conmigo, lo cual fue realmente un efecto catastrófico. No más sentía sus tetas en mi espalda, el miembro que me hace hombre, se da cuenta y comienza a funcionar por sí mismo, sin instrucciones mías y se hace sumamente notorio para la bella morena, quien sin pensarlo lo toma con cuidado y me dice.
-          Ves que al niño le ha tocado duro, lo vamos a mimar un poco, parece que necesita un masaje.
En segundos la morena me baja el traje de baño y se pone en la boca mí parte más masculina, jugando con su glande, me regala una sonrisa burlona, mientras que Rubí se pone frente mío y comienza a comerse mi boca. A estas alturas ya no sabía que más podía pasar. No podía creer que después de todo todavía podía seguir. En eso me puse nervioso, ya que las mucamas estaban en una de las habitaciones  y tomé a las dos para encerrarlas en una de las piezas, ya que no quería que el joven León viera lo que le iba a pasar a su tía o las mucamas se escandalizaran. En segundos todo de nuevo. Ocupe sus cuerpos por completo, estas dos me tenía desquiciado, me convertí en un verdadero depravado, no paraba de gozar con cada rincón de ambas. Sus cuerpos se retorcían de calambres orgásmicos. Nuevamente mi lujuria se había desenfrenado, gozaba de la sensualidad a niveles extremos, el sudor lograba sacar brillo de nuestros cuerpos, el líquido sexual extraía belleza al entorno, fue tan orgásmico el minuto, que para cuando terminamos me temblaban las piernas a más no poder.
Salí de la pieza dejando a las dos ninfas acostadas sin energía, listas para el baño, pero el desgaste que sufrieron de tanto placer, no permitía movimiento alguno de ellas.
Fui cuidadosamente a revisar que pasaba con la bella Thalía, que para mi sorpresa seguía dormida, me acerque para asegurarme que estaba bien, le di un beso en la mejilla, cuando ella me toma de la mano y me empuja a la cama nuevamente. Sentía que mi cuerpo tenía exceso de sudor sexual, no me sentía cómodo, no quería que se diera cuenta de lo que sucedía con su hermana y la amiga, por lo menos no todavía. Lo que pasaba con ella era distinto para mí, el amor estaba jugando sus cartas aquí y eso me dejaba complicado. Me asuste y salí rápido de la cama par a meterme nuevamente a la ducha, lo cual ella bajó el brazo y se dejó caer en la somnolencia.
Me bañe nuevamente, después de todo lo sucedido  y me percaté que en la casa solo estábamos despiertos el muchacho y yo. Me acerque a él y le propuse jugar un poco de FIFA 2019. Jugamos por una hora aproximadamente hasta que llegó el hijo de David y fui prácticamente expulsado del grupo de jugadores.
Me di la vuelta, me fui a la cocina a preparar un cebiche de mariscos para recuperar las fuerzas perdidas. Además metí al horno una de esas pizzas de excelente calidad que venden en el supermercado. Una maldición que siempre he tenido es mi manera de disfrutar la comida, un sibarita de tomo a lomo. Por lo cual preparé una comida nivel Dios para ver el atardecer, mientras que mis nuevas amigas yacían dormidas en placer. Saqué la Pizza que estaba lista para León y su amigo. Estos la tomaron y de vuelta al Play.
Ya tenía toda la comida preparada, un pisco sour y jugos naturales listos. Las tres princesas que cambiaron mi vida estaban por despertar.
La primera en aparecer es la bella Thalia, venía muerta de hambre y con una resaca sexual que sus piernas caminaban temblorosas, la salude con un beso, el cual ella saboreó por unos segundos. Le serví un poco de cebiche con leche de Tigre. Probó la primera cucharada y abrió grande sus ojos al darse cuenta del delicado sabor a mariscos y finas hierbas que tenía dulcemente aliñado con limón y pomelo, concentrando sabores en un solo tono suave de placer gastronómico.
-          Que delicia, te pasaste.
Me mira con cara de estar frente a un extraterrestre, saboreando las delicias del mar. A los minutos aparecen Rubi y la morena que ya lograba aprenderme su nombre, ‘’Jazmín’’,  la verdad que parecía una verdadera diosa exótica, morena de ojos verdes brillantes como esmeraldas y en tanga con un pareo hindú, era explosión de sensualidad. Además que la bella Rubí con su voz ronca, que al hablar derretía tu mente en lujuria. Le doy a las dos el delicioso cebiche, que si bien me gustaba cocinar, en esta ocasión lo vi como un instrumento sexual, para fortalecer el deseo y potencia como dice la mitología popular.
Comimos lo suficiente y con vino blanco, pasamos a la piscina con un poco de música. A los minutos llega mi vecino, el simpático capitán Sanders y su señora María Yu, una espectacular vietnamita de veinte y cinco años, que se vino a vivir con el coronel a Chile hace ya tres años, un hombre de unos cuarenta años.
Las cuatro chicas ahora con la señora del capitán, se metieron en la piscina, para la mente del capitán y mía, solo al mirarnos entendíamos. Era ver un espectáculo de cuatro mujeres en traje baños muy pequeños, gozando del agua y el sol. Era algo digno del despacho de un Dios griego, ver tanta figura perfecta, riéndose y disfrutando del Champagne y vino blanco, que a cada minuto subía de tono las risotadas de las cuatro. Sus cuerpos bronceados, el brillar de su piel, el exceso de protector solar, todo era una obra de arte al erotismo, mi cabeza sufría de miles de destellos, cientos de imágenes en mí cabeza con cientos de situaciones eróticas con las cuatro a la vez, con calma tomaba una y otro cerveza para enfriar la mente, la cual me carcomía en deseos carnales, ante majestuosos monumentos que estaban frente a nosotros. El capitán al parecer estaba igual que yo, en un espacio infinito de imaginación desbordada de sexualidad que lo mantenía en las nubes por unos segundos.  Ambos recapacitamos un poco y nos miramos con una sonrisa, como si ambos supiéramos todo lo que quería decir el otro, la situación era demasiado obvio su trasfondo.
El capitán se acerca y me dice que se compró la mejor Colt 45 que hay en el mercado. Salimos al estacionamiento, abre su Audi R8 y saca una maravillosa pistola de un estuche negro de cuero, brillante como ninguna, quedé impresionado, al tomarla me sentía como Harry el sucio, el poder que se siente es incuestionable. La apreciamos los dos por unos minutos, algo que siempre es común en los hombres es apreciar el poder y esta arma eso si tenía, mucho poder de fuego.
Cuando nos vamos me fijo a lo lejos que nos miraba con dulzura la bella Thalía con María Yu, nos acercamos a la piscina nuevamente y la bella Rubí desde atrás hace una seña, pidiendo más pisco sour. Para lo cual me dirijo a la cocina con, Thalía, María Yu y el capitán. A mi querido amigo a estas alturas le sirvo un rico Bourbon Jack Daniel´s y para mi Pisco con Coca Cola. Mientras  preparaba pisco sour, el capitán con Thalía ponían música desde los celulares, mientras Yu apreciaba la casa. En segundos ya tenía un litro de pisco sour listo, salimos a la piscina con la música seleccionada por el capitán, un excelente rock, apareciendo con la canción Back In Black de AC/DC la cual prendió los ánimos rápidamente.  
La música seguía subiendo el tono, además más alcohol hacía los suyo. Rage Againt The Machine, tenía ya a las seis bestias desenfrenadas, yo figuraba tan caliente recordando todo el sexo que había tenido en las últimas horas, que ya entre la borrachera y la sensualidad del ambiente, estaba mirando en forma lujuriosa a la esposa del capitán, que para ser asiática desbordaba mucha sensualidad también. La fiesta se prendió sin detenerse. 
Estaba tan sediento por sexo, que tome de la mano a la bella Thalía y la llevé a mi habitación, entré en forma desesperada, cerré la puerta con el pie y le saque la ropa rápidamente, tome su cuerpo, jugué con culo y tetas como si fuera un pirata tomando sus tesoros. No me detuve, besaba su espalda mientras afirmaba su culo y la embestía como una bestia salvaje desesperada por tener una explosión orgásmica, pero el desenfreno me sacó de sí, la daba vuelta para un lado y otro, apretaba su carne con la mía, gozaba de todo su cuerpo que se lubricaba en sudor sexual, lo tome una y otra vez desde su pelo, sus gritos se descontrolaban, salían gemidos, de placer, que él búho que siempre está frente a la ventana se asustó y salió volando, ante semejante escándalo. El desgaste fue notorio, la bella Thalía cae extasiada en mi cama y murmura sin aliento suavemente
-           ‘’Me tienes loca’’ ‘’Enamorada a lo bestia’’ Te amo…
Y cae dormida envuelta en un orgasmo de placer, que estrujaba su cuerpo entre las sabanas. Aprecie su belleza por unos minutos, la tapo un poco más y la dejo descansar.
Abajo el capitán estaba en éxtasis como DJ rockero, tenía a tres bellas mujeres bailando a su alrededor, estaba de verdad fuera de sí y besaba en forma eufórica a su bella mujer asiática, la cual ya me tenía caliente también incluso a mí. Siempre fue una fantasía sexual para mí una bella mujer asiática y María Yu cumplía con creces mi imaginación, pero lamentablemente el capitán era mi amigo y no podía hacer eso con él. Pero mi mente era una maldita y hacía con ella de todo, era un antro degenerado abierto que tenía en el centro de mi cerebro, el cual ponía a la bella vietnamita al servicio de mis más sórdidos deseos sexuales.
Pero, la noche pasaba de largo, el capitán ya no se podía el cuerpo, estaba borracho a más no poder, lo subí a una de las habitaciones, su cuerpo de un hombre fuerte era bastante pesado. Pero logre dejarlo en la cama con la ayuda de su bella mujer. Ella se preocupó de acomodarlo y meterlo en la cama, sabía cómo era con el tema, si había borrachera se requisan las llaves y se quedan a dormir, no era la primera vez que pasaba y ella sabía qué hacer.
Bajé a la piscina, miraba al quincho cerrado como mi amigo León figuraba emocionado jugando a tardes horas de la noche, su sesión de Play Station ilimitada, para él era maravillosa. Pero no dudé en llevarle algo de comida y bebida para que continúe disfrutando de lo que le está tocando vivir. De eso se da cuenta Rubí, la bella hermana de mi amada Thalía, quien ya tenía raptado mi corazón a estas alturas. Pero Rubí era otra cosa, me gustaba su sensualidad, además tenía una extraña competencia con Jazmín, que convertía nuestros encuentros en algo demasiado salido de razón, pero un placer máximo de erotismo y sexualidad.  La bella María Yu baja a la piscina a seguir de fiesta, ya que mi amigo el capitán estaba fuera de servicio. Seguíamos con la música y la fiesta hasta tarde, los cuatro pasados de copas abrazados coreábamos todas las canciones. Mi único problema era que estaba cada vez más caliente, con tres bellas mujeres ligeras de ropa coreando medias borrachas conmigo distintas canciones, desbordando sensualidad por los poros.
La noche se terminaba, ya a estas horas mi amigo León dormía, con el control en la mano, la tele y el juego prendido. Me di cuenta de ello, fui a cerrar la función para mi amigo, apague los aparatos y lo metí en la carpa con su colchón inflable y lo acomodé, para que tenga el mejor dormir posible. Cuando salgo de la carpa me miraba en forma muy tierna la bella Rubí, me acerqué a ella y comenzamos a bailar juntos, la tome de la cintura y le demostré lo que era un macho alfa que le gusta la seducción que significa el baile. Para ello nos miraban perplejas la bella vietnamita y morena, quienes ante tanta explosión de sensualidad, ligeramente al fijar mi mirada hacia sus caras, me doy cuenta como apretaban levemente su labio inferior con los dientes. Era una clara demostración que se estaban excitando, por lo cual dejo a la bella Rubí Junto a Jazmín y tomo de la mano y la cintura a la bella María Yu, a estas alturas mi cuerpo figuraba apretado de tanto bailar y moverme. Con total sensualidad, le acaricio su cuerpo mientras baila, la hago girar y dar vueltas en sí misma, con fuerza tomo su pierna y la pongo sobre mi cintura en un movimiento, que la deja perpleja, ya que no esperaba que supiera llevar tan bien a mi compañera de baile, le doy vueltas por la terraza, la hago seguir el ritmo y le respiro con suavidad entre su cuello y oído.  El erotismo había entrado por sus venas, la dejo suavemente junto a Rubí, donde deja caer un leve suspiro y traga algo de saliva para recuperar el aliento. Tomo a la Bella Jazmín y le hago su propio tur por la pista, la giro, aprieto sus glúteos y la hago ver que soy macho alfa domínate, lo cual ella lo percibe claramente como gata seductora que es. En eso sale la canción ‘’Despacito’’ Nuevamente, era la que había comenzado todo. Y las tres entran a la pista de baile conmigo y juntos desarrollamos una coreografía, que de por sí, la sola belleza de las tres mujeres hacían de esto un espectáculo irreal. Entre los cuatros sudábamos  sensualidad, no sé ¿Quién comenzó todo? Pero en plena terraza el baile se transformó en tocarse cada vez en forma más descarada, recibía un beso por aquí, daba un beso por ahí, la música seguía mejorando,  la borrachera explotaba más sensualidad, no sé ¿En qué minuto ninguna de las tres tenía ropa? Pero el tema que esta desapareció sin que me diera ni cuenta ¿Cómo?
Bueno, como siempre una cosa llevó a la otra, sucumbí ante la lujuria, no sé ¿Qué pasaba estos días? Pero el erotismo me tenía poseído, había agarrado a tres bellas hembras, las hice gozar del sexo como nunca, tanto para ellas, como para mí. La bella María Yu, sentía entre culpa y goce, algo que nunca había tenido, las otras dos figuraban en mismos términos que las anteriores sesiones, pero esta vez hicieron ver a una nueva compañera, los placeres más carnales que le podían sacar a este macho alfa de inesperado comportamiento, el cual es extremadamente erótico y sensual. Tomé a las tres una por una, bebí todos los jugos de sus cuerpos, apretaba sus muslos uno por uno, sacaba gritos y gemidos, que no eran naturales, entre los cuales era de destacar como se retorcía la bella Yu, apretando  con sus manos los muslos de Jazmín. Todo esto figuraba en un cuarteto de calientes, que no hacían más que gozar de la situación.
Ya todos agotados, nos fuimos a la cama cada uno. En mi habitación figuraba una escena desordenada en forma apocalíptica, donde estaba la bella Thalía durmiendo con la mitad del culo tapado y una pierna afuera, en una cama que se nota que tuvo una gran batalla. Pero lo más majestuoso era su bella cara que al dormir parecía un bello ángel que estaba descansando.  La acomodé, la abracé y dormimos acurrucados.
En la mañana el único que figuraba despierto era el capitán, que se le veía con una gran resaca saliendo de su habitación. Que al abrir la puerta noté a la bella Yu durmiendo agotada en la cama, desnuda y sin nada tapando su cuerpo, un notorio detalle que se le pasó al capitán, es tapar del frio a su mujer, aunque la resaca que tenía en algo lo podía justificar, ya que parecía un zombi que estaba perdido. Lo miro le hago señas para no despertar a los demás y le doy a entender que bajemos a tomar un café o mate, en unos suaves murmullos. Bajamos a la cocina que tiene una barra al frente, en un excelente sistema de Kitchen Integrada para no perder la comunicación entre el living y la cocina, ya que, a mí que me gusta ser cocinero y anfitrión, lo cual me funcionaba mucho mejor así.
El capitán se toma el café mientras le sirvo unos ricos huevos con tocino. A lo lejos vemos a León saliendo de la carpa, con señas lo hacemos venir para que aproveche el pan amasado caliente que acaba de llegar y el excelente menú que teníamos de desayuno. Los tres nos desbordamos comiendo y comenzamos la mañana disfrutando de la vista de la playa a lo lejos, con un mate cada uno mientras León se fue a instalar rápidamente en su cuchitril de Play Station para continuar su aventura digital con estos juegos modernos de hoy.
La mañana avanzaba y ninguna de las chicas se levantaba, para ese momento el capitán había ido a buscar su guitarra eléctrica al auto, una Fender última generación. Comienza a tocar el instrumento como los dioses, no sabía esta característica de él. En eso León se da cuenta y sale de su encierro y va a buscar su guitarra, yo para no quedarme atrás saqué un bajo que tenía en la playa, ya que era un instrumento que manejaba con mayor facilidad. Los tres empezamos a sacar canciones, que para la impresión del capitán León era muy bueno cantando. Y poco a poco la música comenzó a fluir y de repente no sé de donde me salió completa la canción del mariachi (Morena Del Mi Corazón) de Antonio BanderasLos Lobos. Los tres nos entusiasmamos y le poníamos cada vez más fuerte, mientras que de la casa ya venían saliendo las cuatro mujeres, que a no más de horas habían abusado de mi cuerpo. Y cuando salen les entono la canción al más estilo mariachi, para sorpresa de las cuatro.


Soy un hombre muy honrado
Que me gusta lo mejor
Las mujeres no me faltan, ni el dinero, ni el amor


Jineteando en mi caballo
Por la sierra yo me voy
Las estrellas y la luna, ellas me dicen dónde voy


Ay, ay, ay, ay
Ay, ay mi amor
Ay mi morena de mi corazón…


Para estas alturas los tres ya estábamos sumergidos en la música y la tocamos con tal fuerza que ellas lo sintieron en su alma, nos estaba saliendo tan bien, al punto que los vecinos apreciaban la situación, de manera tal que empezaron las bromas entre todos y al segundo aparecen dos más, uno con acordeón y otro incluso con una batería electrónica, todo esto antes de las doce del día. Al rato aparecía uno y otro vecino, algo común cuando había buena onda y traían de todo, trago, comida y en minutos todos arriba de la pelota cantando, para la impresión de todos, León se lucía con su voz y de verdad el capitán era un capo con la guitarra y sin darnos cuenta teníamos el mejor recital de la playa.


León ya sus doce años se notaba que sería un galán, cantaba y niñitas hasta afuera de la casa les tuve que pedir que entraran, ya que parecían hambrientas frente a un restaurant que sobraba comida. Por lo cual las invitamos y la personalidad de León se notó a flor de piel, mientras que los acordes de la guitarra del capitán hacían lo suyo también, pero la hora pico de todo, fue cuando de repente León saca la canción despacito, en ese minuto mi cara cambió, así como la de Rubí, Jazmín y principalmente María Yu. Los tres nos miramos con culpa y lujuria, como si volviera a la memoria lo erótico de la noche anterior.


Pero lo impresionante fue que León la cantaba incluso mejor que la original, que junto a la creatividad del capitán le ponían un toque más rockero. Ahí el clímax explotó, me doy cuenta que había un entorno de unas doce niñitas, de no más de doce años cantando y mirando con cara de enamoradas al muchacho. Este tenía un desplante de showman, toma el micrófono, la guitarra y hace lo suyo, en minutos más y más gente aparece, como si el espectáculo hubiese estado preparado de ante mano, lo increíble era que más y más niñas se ponían afuera de la casa, ya era sabido que León cantaba bien, pero lo más impresionante era su desplante, el cual se hizo notar y formo una fiesta en menos de diez minutos, empujado por su extraordinaria personalidad, la cual desbordaba música.


Se nos había armado una fiesta de día, en la confusión le paso el bajo a un amigo, para ir a buscar a la bella Thalía. La veo ahí de lejos viendo como su hijo ya tenía cautivado al público, lloraba de emoción, me acerco a ella, se de vuelta y me regala un beso extraordinario, el cual de seguro salió desde sus entrañas. Estaba dichosa de estar pasando tan buenos momentos y ver a su hijo gozar de tal manera la hacía llorar de felicidad.


- De verdad te amo. No sé qué hiciste pero te amo.


- Nada, no es nada, no te preocupes.


- Te pasaste.


Me dice eso y se cuelga de mí hombro, ante la semejante fiesta no veo a Rubí y Jazmín se me habían perdido. Pero, no puse atención y continuaba apreciando el momento. En eso veo que desde adentro de la casa, sale Rubí y llama a Thalía. Entra a la casa, que en la sombra se notaba la figura de la deliciosa morena de ojos verdes Jazmín.


La música estaba a más no poder, todos cantábamos y gritábamos gozando con el descubrimiento del nuevo artista revelación de la playa. Estábamos en éxtasis, cuando repentinamente se escucha ¡BOOM! un estruendo muy fuerte desde adentro de la casa. Todos miramos hacia atrás y quedamos helados. Entré corriendo con varios más a la casa, para mi sorpresa me encuentro con la escena dantesca. Estaba la mujer que amaba con la Colt 45 en la mano, la bella Rubí hincada llorando mientras que la bella morena le faltaba un pedazo de la cabeza, la gente comenzó a gritar, se sentía como se quebraban vasos y la música seguía afuera, que con los primeros gritos se apagó rápidamente. Mi mente quedó en blanco ¿Qué había pasado?


Yo no me movía, estaba en shock, entró rápidamente el capitán, que al parecer tenía algo más de experiencia al ver gente morir así. Tapó la mitad de la cabeza de la bella Jazmín y con un pañuelo, tomó la que parecía ser su arma.


No entendía, ¿Cómo pudo pasar esto en mi casa? ¿Cuál era la relación de todo esto? No lo podía creer, lo que parecía un paraíso, en segundos se transformó en un infierno. En minutos mi casa figuraba llena de policías sacando a todos de la casa menos a los más involucrados.


Las interrogaciones duraron días, León se quedó conmigo, mientras que su madre y su tía explicaban lo que había pasado a la policía. Nada era como pensaba, la Bella Jazmín en algún minuto había sacado las llaves del auto del capitán y así pudo tomar la pistola. ¿Pero cómo llegó a eso?


La verdad que uno ve, nunca es la verdad que ve otro. Esa es la realidad de lo que había pasado, la bella Jazmín, no demostraba sus sentimientos como los demás, tenía una especie de fijación en los hombres, pero esta vez se encontró el que más la completaba, el problema que consideró que lo estaba compartiendo demasiado y lo estaba perdiendo. Entonces en un minuto de discusión, Jazmín le pide a Rubí que ya se terminara la tarea de conquista, la cual se habían impuesto las tres, que le dejaran el camino libre para ella, que no resistía la idea de no poder tenerlo solo para ella. A lo cual Rubí no quería acceder, por lo cual llamó a Thalía para solucionar el problema, ya que las tres habían entrado en una loca competencia ¿Quién lograba conquistar absolutamente a este macho alfa tan llamativo, para ellas? En eso la discusión se acaloró, la bella Jazmín sale de la habitación llorando y Thalía con Rubí comienzan a discutir del tema, cada una tenía su propia idea de quien debía continuar con el romance y quién no. La discusión entre las dos se acaloró cada vez más, cuando repentinamente entra Jazmín nuevamente, pero esta vez con la pistola en su mano. Rubí se pone detrás de Thalía y comienzan la discusión ya las tres, cuando repentinamente, Thalía le trata de tomar la pistola y no alcanza más que a voltearla hacia arriba, cuando la misma Jazmín dispara, volándose la mitad de la cabeza. Por eso cuando entramos, nos encontramos con la escena tan extraña de ver a la mujer que amaba con la Colt 45 en las manos.


Pasaron meses de pericias policiales, León y Rubí se quedaron conmigo durante esos meses, la tristeza nos tenía destrozados, pero al final sueltan a Thalía, la investigación concluía que todo sucedió al tratar de desarmar a Jazmín.


Pasaron los meses, la lujuria fue controlada por la bella Thalía, me enamoraba cada vez más de ella, por lo cual se vino con León a vivir conmigo a la Playa. Mientras que la bella Rubí en menos de cinco meses conoció a mi gran amigo y vecino, Santiago Sweet, empresario dedicado a la exportación de mariscos. Que vivía la mayoría del tiempo en la casa vecina con visitas esporádicas a sus plantas en la isla de Porvenir.


Los, años pasaron, León ya con dieciséis años había sacado un disco que tuvo tres canciones como primeras en el Billboard, la primera se llamaba ‘’Amor Y Sangre’’ La cual cuenta la historia de tres amigas que se enamoran del mismo hombre y que termina con una de ellas muerta, por culpa del amor. Al cabo de tres años tuvimos una linda hija con mi bella Thalía, a quien bautizamos como Jazmín. En honor a la eterna enamorada.

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