Gaviotas y días extraños






Quería escribir un nuevo capítulo de mi libro, pero ya a estas alturas pienso que estoy más loco que el Quijote. Es como si esta realidad que quiero plasmar fuera tan real, que de verdad nunca termina, solo entran y salen personajes sin parar, como a cualquier tren.
Nunca le he puesto mucho freno a mi vida, los excesos nunca fueron ajenos a distintas situaciones, pero la vida me supo glorificar con historias increíbles.
Es por eso que te quiero contar sobre algo que todavía no descubro, ¿Qué parte es real y cuál no?
Todo comenzó hace un poco más de tres meses, muy metido en mi libro, no paraba de crear personajes, estaba en una etapa exquisita de creatividad.  Caminaba feliz por el camino de lo irreal de mi historia. Miraba por la ventana que daba a la playa, la cual a estas alturas del año estaba vacía como  me gusta a mí. Mi concentración comienza a fallar un poco, después de horas escribiendo y en un minuto de contemplación, noto en el horizonte que el sol ya se estaba escondiendo, mientras que las gaviotas jugaban en la orilla, fue ahí que noto a dos de ellas, como se estaban cortejando, una extraña sensación me invade, y comencé a concentrarme en la situación, cuando repentinamente, sale un destello de luz morada desde el sol, lo raro de la situación fue que las gaviotas que contemplaba, también se dieron cuenta, tanto que las dos se dieron vuelta y me miraron concentradas, como pidiendo una explicación a ese destello de luz tan extraño.
Bueno, fue raro, pero pensé que el cansancio me había hecho efecto. Fue ahí cuando repentinamente en una de las ventanas, al frente sentadas en la baranda, estaban las dos gaviotas mirándome de una manera demasiado extraña, mientras que una acariciaba a la otra.
Vaya, pensaba que era algo raro, pero como tampoco era ningún tipo de experto en el mundo animal, no le puse mucha atención, solamente levanté la ceja, cuestionando la misma realidad que ya había contemplado.
Bueno, fue en ese minuto, que mi mente comenzó a funcionar de una manera muy extraña. Todo por un nuevo personaje, una bella mujer, de corte nórdico, aparece en mi mente, rubia de nariz muy respingada, con unos ojos azules que destellan energía, pero lo raro que conforme creaba el personaje, en la ventana se empezaba a crear la imagen de esta belleza, escribía, línea tras línea y la imagen se hacía cada vez más evidente y nítida. Fue tan real la situación que me sentí, demasiado motivado y reconozco un poco de locura en ello, pero comencé a describir al personaje con sumo detalle, sus uñas pintadas en un rojo rubí, sus pestañas con la longitud exacta, un vestido corto, blanco con un poco de transparencia, ajustado con un cinturón de cuero con detalles en oro, piel bronceada en un dorado que hacía destacar sus colores, su boca con labios gruesos, listos para ser absorbidos por el suertudo que logre atrapar su alma. 
No paraba de escribir detalle por detalle, fueron tantos los detalles con los cuales creaba el personaje, que comencé a describir incluso su personalidad y a esas alturas las gaviotas ya me miraban muy extrañadas, era como si vieran aparecer la imagen de mi bella creación en la ventana, tal como yo la describía. Pero, lo raro que las gaviotas no se iban, ¿Qué tenían que ver conmigo?
¿Por qué no se van? Pero lo que era peor, me miraban como si esperaran algo de mí.
Estaba en lo mejor de la creación, tomaba una deliciosa copa de vino tinto, la luna ya tocaba el mar, mientras esta mujer ya estaba creada. Me faltaba el nombre, no quería entregar cualquier nombre al relato, por lo cual busque rápidamente en Google, el nombre de alguna diosa griega que pudiera caracterizar este personaje.
Fue cuando encontré el nombre Afrodita, Diosa griega de la belleza. Sonrío, tomo hasta la última gota de vino para satisfacer mi ego al crear semejante personaje.
Punto final, te bautizo como Afrodita, lo digo en voz alta para poner término a la sesión de trabajo. Cuando repentinamente  las gaviotas miran hacia la puerta de la casa, dirijo mi vista hacía el mismo lugar y de repente suena el timbre, el cual me hace saltar de un susto, a esas alturas de la temporada no había nadie en la playa. Por lo mismo trabajaba ahí, para poder escribir tranquilo.
Me dirijo a la puerta y en mi mente estaba claro este personaje, definido punto por punto. Me extrañaba que llegara alguien, pero en fin algún vecino o que se yo.
Estaba solo pensando en cualquier detalle que faltara, cuando abro la puerta para ver ¿Quién era la visita que tocaba el timbre tan tarde?
Para mi impresión era mi prima chica, Daniela Montean, una belleza morena de unos veinte y tres años, la prima rebelde de la familia. Me tocó cuidar más de una vez, a este bello bebé de la familia. 
-         He, primo, ¿Cómo está mi ángel guardián?
Todavía algo impresionado, pero contento, ya que, como parte de mi familia, ella era siempre bienvenida. 
-         Primo vengo con una amiga, te estaba llamando pero no contestabas.
Pero claro, cuando escribo soy como un demente que apaga todo y por supuesto que el celular es lo primero.
-         Ven te quiero presentar a mi amiga de la pega, linda, te mueres viene llegando de Suecia.
No termina de decir eso, cuando veo que las gaviotas se movieron y estaban en la roca que estaba frente a la casa las dos paradas mirándome. Ya me estaba asustando, cuando desde atrás aparece una silueta de la nada, no alcanzo a enfocar cuando mi prima salta encima mío me tapa los ojos y grita.
-         Primo, mi amiga Afrodita, directo desde Suecia.
Cuando dijo eso, mi corazón se detuvo un microsegundo, me estaba volviendo loco, no podía ser justo ese nombre, me abraza, da un beso en mi cachete y gira mi cabeza hacia su amiga. 
Impresionante, no lo podía creer, de verdad te digo, esto físicamente era imposible, Afrodita era el mismo personaje, estaba en estado de Shock, todo lo descrito estaba frente a mis ojos, con los mismos detalles. Las dos me miran preocupadas por mi reacción y se ríen.
-         Primo, ¿Qué te pasa?
Me demoro unos segundos en reaccionar, miraba pasmado a la bella Afrodita, era todo exacto a lo descrito por mi mente, esto tenía que tener una explicación.  Lo que era peor que las gaviotas eran parte de toda la escena, estaban igual de impresionadas que yo.
Reacciono, abrazo a las dos y trato de disimular.
        
-         ¿Cómo están? Bellas las dos, perdonen que no esperaba a nadie.
-         Primo, sabes tenemos una fiesta muy cerca, es de disfraces vamos de diosas griegas. Las dos, yo me pongo mi disfraz en veinte minutos.
Mi prima como ya conocía mi casa, sale corriendo al baño con una maleta gigante que traía a cuelgas.
Miro a su amiga y esta como nada me saluda, con la sonrisa que yo había descrito, sin tener la más mínima idea de todo lo que me estaba pasando. Ella mira la casa asombrada, bueno no es gran cosa, pero tenía sus detalles lindos para una casita en la playa. Le abro la terraza para que vea el mar.
-         ¿Quieres algo para tomar? Tengo Champagne  y vino tinto, ¿Qué prefieres?
-         Champagne, por favor.
Impresionante, hasta el tono de voz era el mismo que describía en la historia, esa voz suave pero ronquita, que soltaba una leve nota de sensualidad, teniendo muy pocos agudos en ella.
No lo podía creer, saco champagne del refrigerador mientras ella aprecia el mar, pero lo que era impresionante que las gaviotas estuvieran en la baranda mirando cómo se movía de lado a lado Afrodita en la terraza, incluso ella se da cuenta de la actitud extraña de las dos y las mira por unos segundos, lo que era impresionante, que las gaviotas no le quitaban la mirada de encima, era como si la analizaran. Mientras terminaba de servir un par de copas de Champagne. Aparece muy sonriente mi querida prima Daniela.
-         ¿Música, primo?
-         Claro ahí junto al bar conecta tu iPhone, te doy la clave de internet.
En segundos mi prima que es muy alegre, pone música, directo de su celular, un reggaetón que para mí, como música no me mata, pero estando en las condiciones que estábamos, me venía muy bien para animarme un poco. Saco del bar un short de tequila y me lo tomo al seco, con limón y sal. Necesitaba aterrizar lo que había pasado, mientras miraba como Daniela le mostraba la zona a su amiga, que ella ya había conocido bien, ya que venía de muy chica y mi casa para ella, es su casa, debido al extraordinario cariño que le tengo de toda la vida.
Llevo un poco de jamón serrano, aceitunas y queso manchego, para amenizar el inicio de la noche, con la bella compañía que ya tenía.
Nos tomamos varias copas más, ya estábamos con los pajaritos en la cabeza, bailábamos un poquito borrachos al ritmo de la música. Daniela, que salió con casi el mismo disfraz de Diosa Griega que su amiga, se veía pero espectacular, la sangre pensaba yo, la sangre, porque de verdad mi prima es una preciosura.
Bueno, entre copas no sé cómo me convencen, algo que no fue muy difícil para ellas, pero terminamos en la fiesta. Llegamos a un campo muy cerca de la playa, a una casa lujosa gigantesca, con luces y Djs en la terraza, globos, una barra gigantesca, con mucho alcohol. Vaya pensaba yo, quién vivía tan cerca mío y no lo conocía. Para que te hagas una idea, afuera habían estacionados autos de lujo, limosinas y hasta helicópteros.  Esta fiesta era algo muy especial, había gente incluso de otros países, jugadores de Fútbol, Golf, Tenis, corredores de Fórmula uno.  ¿Qué diablos pasaba? Era un glamur que nunca pensé que tuviera nuestro país.

Al caminar con las dos diosas griegas si me hice notar, fue cuando Afrodita me toma la mano y de un tirón me lleva al bar. Entendí rápidamente que quería otra copita, que menos. Sacamos más tragos y nos fuimos directo a la pista que había en la terraza con música trance, si no me equivoco estaba tocando Martin Garrix, para el cual hacía menos de un año había gastado una fortuna para ir lo a ver y aquí tocaba como nada en esta fiesta.
Mi prima se unió a nosotros, estábamos en la gloria, bailábamos sin parar, copas tras copas, hasta que me di cuenta que ya era mucho y cambié al agua. Pero aquí lo impresionante, cuando estoy tomando el vaso de agua me fijo que en una de las estatuas estaban las dos gaviotas mirando ¿Qué diablos?  Eso me asustó, ya era mucho, me habían seguido hasta ahí.
La fiesta explotaba entre serpentinas, espuma y luces laser. Yo bailaba con mis ojos puestos en las gaviotas, cuando repentinamente, Afrodita me corre la cara y me da un beso en la mejilla.
-         ¿Qué pasa con las gaviotas?
-         No lo sé, pero me parece son las mismas que estaban en la casa.
-         Si, son las mismas y miran raro. ¿Verdad?
Cuando Afrodita me dice eso me doy cuenta que ella también había notado algo raro con estas aves. Que nos miraban a los dos.
Daniela, ya estaba conversando con dos amigas, cuando tomo de la mano a Afrodita y le pido que me siga. Ella sin pensarlo fue conmigo, igual de intrigada que yo sobre el extraño comportamiento de las gaviotas.
Nos acercamos mucho a las gaviotas y ellas como nada nos seguían mirando, es más nos acercamos mucho y nos miraban fijo, como si no tuvieran miedo de nosotros.
-         ¿Ves lo mismo que yo? 
Pregunta Afrodita consternada con la situación tan extraña, las gaviotas nos miraban como si quisieran respuestas o tal vez decirnos algo.
-         Sí, claro ¿Pero qué les pasa? ¿Por qué nos espían?
-         No lo sé pero es lo máximo, tengo gaviotas fan.
La quedo mirando, me impresionaba la poca importancia que le ponía Afrodita a la situación, cuando se ríe y saca su celular para sacarnos una selfie con las gaviotas.
Lo increíble, fue que tomó la foto, cuando la vemos nos damos cuenta que las gaviotas tenían una luz morada de fondo que cubría su contorno, algo que a simple vista no se notaba.
Bueno, la situación extraña originó un momento alucinante, me doy cuenta que la bella Afrodita, estaba contemplando la situación, con una cara de ángel que no resistía la tentación de robarle un beso, mi cuerpo comenzó a temblar levemente, sentí que los nervios me hacían más torpe de lo normal, mi mente estaba trabada ante tanta belleza.
¿Qué pasaba? La vida estaba desde un ángulo cósmico entre la música, las gaviotas, la fiesta y la bella Afrodita. Que repentinamente boom, explosiones de fuegos artificiales adornaban la noche.
Mirábamos todos hacia arriba, como explosiones de colores adornaban el cielo. La magia del momento era pero una delicia  tal que en unos micro segundos, me doy cuenta que Afrodita me estaba mirando, le notaba un leve morado alrededor de su iris el cual me llamó mucho la atención y me quede fijo mirando, cuando repentinamente  ella se acerca más y mi instinto animal no hizo más que lo que debía, sin dudarlo, tome su cabeza y le di el mejor beso que podía a esta belleza de mi propia creación.
Para esos minutos las explosiones eran ya tantas que iluminaban nuestros rostros, a lo lejos veo como nos miraba mi linda prima Daniela. Lo cual me asustó un poco, ya que, nos llevábamos diez años de diferencia.  Con suavidad tomo la linda cara, tal cual mi mente la había creado y ella con ojos cerrados, esperando que le dieran la estocada final. Cuando para mi impresión le doy el último toque y veo que las gaviotas me miran y emprenden vuelo como si su misión hubiese estado concluida.
Qué raro, pero la verdad el beso estaba tan bueno, que duró unos segundos más cuando, repentinamente alguien salta encima de mí.
Era Daniela, riéndose y feliz de la vida. Por la escena que había visto.
-         Sabía, gritaba ella, sabía, sabía …
-         ¿Qué cosa?
Grita Afrodita, con una carita de inocencia, como si no supiera a que se refería.
-         Sabía que engancharían los dos, soy bruja. Desde el minuto uno supe que eran uno para el otro.
Yo la quedo mirando con cara de yo no sé, cuando la bella Afrodita me toma la boca y me da otro beso. El cual respondí con mucho gusto. Era como estar en el mismo olimpo, conquistando a la bella Afrodita.
Pasa la noche, nos fuimos a mi casa a seguir con el After, al cual se colaron dos más, un Dj Australiano, una bella mulata y nosotros, música, tequila para seguir con todo, fiesta y muchos besos.
De verdad a estas alturas la relación con la bella Afrodita era más que deliciosa, estaba gozando su boca como si fuera el premio del siglo.  
Mi prima saltaba como conejo con sus amigos y continuamos de juerga hasta las doce del día, hasta que uno a uno como si les sacaran una pila iban cayendo todos, en las tumbonas de la terraza.
Bueno, después de eso todos se despertaron, para luego salir de vuelta a la ciudad. Se fueron todos, incluso mi bella creación, quién estuvo conmigo toda la noche abrazada para que yo no me fuera a escapar.
La verdad que mi corazón desde esa fecha está latiendo de una manera muy distinta, ya son un poco más de tres meses de todo esto y seguimos saliendo con la bella Afrodita, ambos con la duda ¿Qué diablos significaban las gaviotas? La verdad, que a estas alturas hemos pensado una y otra cosa, no sé si algo tuvieron que ver, hoy estoy con la mejor creación que mi mente me puede entregar y si las gaviotas fueron, ya no importa. Pero hoy mis besos son suaves, eternos, con ganas y de verdad con muchos sentimientos, al nivel que me derrito cada vez que le doy una caricia o simplemente por poder apreciar su belleza me llena de orgullo saber qué tengo a la mejor de todas y para que decir cuánto saboreo sus besos.


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