La Terminator

En el enigmático circo de las relaciones, surge un personaje temible conocido como "La Terminator". Estas mujeres, al parecer, poseen una misión clara: eliminar todo rastro de vida social del hombre que tienen en la mira. Después de años de travesía por el circo romántico, he tenido el desdichado encuentro con estas figuras aterradoras. No solo se manifiestan en relaciones formales, sino que también acechan como sombras despiadadas ante la mera presencia de cualquier mujer que se atreva a mostrar interés.

Estas mujeres, más que simples compañeras, son una pesadilla viviente. Su actitud agresiva se desata cuando detectan que alguien más, especialmente una ex o una amiga, cruza el camino. Se transforman en seres intrépidos, desatando tormentas verbales y tensiones palpables en el aire.

En el ámbito sexual, revelan su fascinación por la violencia, buscando en sus parejas masculinas una fortaleza extrema. Hablan demasiado, despreciando a sus iguales, y convierten cualquier entorno en un campo de batalla, donde la tensión es palpable.

Lidiar con "La Terminator" exige un carácter de acero. Para que se retiren, se necesita una autoridad firme y habilidades de comunicación excepcionales. Intentarán imponerse en todo momento, convirtiendo la relación en un constante enfrentamiento de voluntades.

Estas mujeres, desafortunadamente, no suelen destacar como parejas a menos que uno esté dispuesto a vivir como un ermitaño bajo su control tiránico. La crianza de hijos con ellas es otro desafío, ya que suelen abusar de su posición dominante, tratando a sus hijos como si fueran meros súbditos destinados a cumplir sus deseos.

Un ejemplo vívido de esta experiencia fue cuando invité a una amiga a un encuentro social. De la nada, surgió "La Terminator", una amiga de años que demostró ser todo menos comprensiva. Atacó a mi invitada sin piedad, difamándola entre los presentes, todo a mis espaldas. Sin embargo, mi astuta invitada, hábilmente, me informó de la situación en secreto, revelando amenazas y manipulaciones que incluso incluían la prohibición de juntarse conmigo.

La Terminator, astuta en sus artimañas, emplea la mentira y la exageración como armas letales para destruir a cualquiera que amenace su dominio. Poco a poco, los detalles se revelaron, llevándome a una dolorosa conclusión: era necesario apartarla de mi vida. Vivir en paz, libre de conflictos innecesarios, se convirtió en una prioridad ineludible. En la travesía del circo romántico, a veces, es imperativo expulsar a los personajes tóxicos para preservar la armonía