¡Guerreras al acecho!

¡Guerra! Comenzaron los tiempos peligrosos, jóvenes guerreros despistados salen de las trincheras a terreno conflictivo, decenas de guerreras muy peligrosas al acecho. Me encuentro preparando todo mi equipo para el enfrentamiento feroz de esta noche. Tomando elixir de poder convierto mis venas en poderosas transmisoras de energía. Listas para engendrar la fuerza necesaria para enfrentar cualquier batalla.
No comenzaba la noche cuando mi cuerpo envenenado con elixir de poder, encendía el león guerrero que llevaba adentro, en cosa de segundos los encuentros se hacen cada vez más frecuentes con guerreras dispuestas a todo en cada batalla.
Mi experiencia en batalla no era lejana, fui combatiente de joven, pero esta vez era distinto, éramos cuatro los bastardos que nos encontrábamos en amplia minoría en zona enemiga, los encuentros se transforman en situaciones de poder.
Que hombre no vivió estos conflictos, donde nos encontrábamos con guerreras capaces de todo para lograr la gloria y pasión que pueden robar de una noche. En segundos fuimos rodeados por guerreras de alto nivel. Las lanzas iban y venían me llenaba de placer al distinguir esculturales ninfas que trataban atacar nuestra escuadra.
La noche se llenaba de gloria con enfrentamientos de todo nivel, hambre de pasión ayudada de elixir de poder, nos transformaba en seres envenenados de gloria, con gran facilidad los combatientes entraban en batallas, grandes y pequeñas donde los cuerpos quedaban diezmados en sillones de miel.
Gracias a que sabemos sobrevivir a encuentros donde somos presas de poderosas guerreras, por quienes hemos de ser llevados a celestiales prisiones, donde nuestros cuerpos son diezmados fácilmente por estas. Nuestra mente queda encerrada en sí misma para no sentir el punzante veneno de amor que puede transformar tu alma en esclava de seres realmente poderosos que con sus curvas de placer digna de dioses, nos quita nuestra fuerza interna, pasando a ser esclavos de alma.
Liberamos batallas inútiles donde no es necesario usar nuestro corazón, el cual solamente lo debes congelar para que este no sufra los daños de la batalla, al contrario, se haga más poderoso y sepa cuando este se debe liberar de sus venas de amor, que pueden ahogarlo en noches de pasión infinita.
Los guerreros sabemos cuándo debemos luchar y cuando no, la libertad de tu corazón es infinitamente importante, nunca te dejes vencer y aprende que una guerrera nunca será lo que estas buscando, es solamente una diversión para tu espada. Aunque soy partidario de que debes buscar a la princesa prometida de tu corazón para que este lo dejes libre y se deje llevar por guerras de pasión justa, donde ambos se hagan seres sólidos, envueltos en cadenas de amor, que fecunden hijos de alma libre, que su vida sea creada gracias a la verdadera batalla que debemos ganar, esa que todo ser de alma pura busca. La de almas perdidas que se han de juntar para el hoy y el infinito.
Como guerrero no dejo de pensar en la princesa prometida a mi alma, la que de verdad llena mi vacío, esa que realmente merece el esfuerzo de mi poderosa espada, la que junta mi conciencia en el infinito y me hace flotar en el cielo de los dioses. Busco la nobleza de su alma para que esta pueda caminar junto a la mía al infinito, a la puerta de guerreros sabios que siempre han de elegir a la perfecta p ara entregar su espada de corazón.
Soy un feroz guerrero que no me dejo vencer por el lado oscuro de las batallas, busco la verdadera mitad que me falta y evito caer en manos de guerreras insensibles que aman las batallas sin sentido, donde solamente buscan estampar el placer de su yo interno, el cual lo dirigen a zonas banales de su ser.

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